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Día del trabajador: breve reseña de «El movimiento obrero santiagueño»

3 Minutos de lectura

Por Ignacio Ratier.

Germán José Montiel, historiador y literato santiagueño, publicó en el año 2012 el trabajo con el que obtuvo su título de Profesor Superior en 1996: El movimiento obrero santiagueño (1939-1943). El clima actual nos invita a complementar los análisis coyunturales con historias que enriquezcan nuestra comprensión del presente. Hoy primero de mayo, más que nunca. A continuación una breve reseña del texto enfocada en la situación nacional y provincial de aquellos días y los orígenes del movimiento obrero santiagueño.

Contexto

La segunda guerra mundial había comenzado y quienes controlaban los precios del mercado,  a partir de ese subterfugio, decidieron implementar grandes subas que pusieron en jaque a la estabilidad institucional y política del país.

Era 1939 y la dupla Ortiz-Castillo gobernaba en Argentina. Desde 1936, Pío Montenegro hizo lo propio en la provincia, hasta que el 27 septiembre de 1939 la ley de intervención federal, una tendencia en la historia santiagueña del siglo XX, lo destituyó. Recién el 9 de octubre asumió como interventor Manuel Bonastre luego del interinato del teniente coronel Jesús Navarro. Casualmente, después de las elecciones realizadas el 3 de marzo, un primero de mayo de 1940 se hacía cargo de la provincia el Dr. José Ignacio Cáceres.

La revolución militar de 1943 depuso al Dr. Castillo como presidente de la nación y, como consecuencia de ello, Santiago del Estero fue intervenida nuevamente designándose esta vez al coronel Ramón Brito Arigós, con interinato previo del teniente coronel Andrés Alvarisqueta. La participación directa de las fuerzas armadas en la política es otra de las tendencias de la historia del siglo XX, pero en nuestro país en general. Finalmente Brito Arigós sería reemplazado por el teniente coronel Pascual Semberoiz luego del 4 de diciembre  del mismo año.

Orígenes

A nivel nacional, si nos remontamos a los artesanos del siglo XIX, nos topamos con los primeros antecedentes de formas de organización autónoma y expresiones de ideas socialistas. En el caso santiagueño, los orígenes nos llevan al año 1898 con la creación del Centro Socialista de Obreros. Vale destacar que en ese año se fundó el diario El Liberal, bajo el signo de ideas políticas diferentes a las mencionadas. No obstante un año antes ya existía el Círculo Católico de Obreros “con un programa de acción basado en la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII” (1). El Círculo disputaría el sindicalismo en contra de las ideas socialistas sentando las bases de posteriores movimientos y acciones políticas que detentarían, luego, buena parte de la hegemonía en la provincia durante el transcurso del siglo XX.

Previo a 1939, desde el comienzo de aquel siglo, se habían organizado diferentes gremios y sindicatos, muchos de los cuales participaron activamente del Movimiento Obrero Santiagueño, dando cuenta que Santiago del Estero acompañó el proceso de sindicalización que se daba en el país a fines del siglo XIX. Entre ellos, los peluqueros y  la asociación gremial de los panaderos (pioneros en la provincia, entre 1902 y 1903 respectivamente), la UGT que aglutinaba a sastres, albañiles, conductores de carruajes, carpinteros y costureras, el gremio de los talabarteros y la Liga del Magisterio. Entre 1919 y 1920 se llevó a cabo la construcción de la primera central de trabajadores donde posteriormente se constituiría la Federación Obrera Santiagueña (FOS), fundamental en lo consiguiente. Asimismo los peones de campo de Colonia Pinto, Icaño y Santa María ya habían intentado organizarse años atrás.

Entre 1939 y 1943, la crisis institucional y política exigió la organización y la unidad de los trabajadores santiagueños para contrarrestar las difíciles condiciones sociales que sobrellevaban.  Algunas de las organizaciones no mencionadas que participaron activamente fueron los trabajadores del Estado (ATE), empleados de comercio, bancarios, mozos, algodoneros y trabajadores del cemento. Este proceso, ignorado y menoscabado por el discurso dominante,  estuvo caracterizado por la solidaridad, el compañerismo, la instrucción como herramienta formadora de conciencia y una intensa lucha en nombre de los derechos de los trabajadores y en contra de las patronales.

Feliz día al pueblo trabajador.

Referencias

(1) Montiel, Germán José. El movimiento obrero santagueño: 1939-1943.- 1a ed – Santiago del Estero: el autor, 2012.

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