#Nacionales#Política

Los pezones del mal

5 Minutos de lectura

Por Imanol Augusto.

 

Su mujer va gritando a través de las plazas:

"Pues tan bella me encuentra que me quiere adorar,

Adoptaré el oficio de los antiguos ídolos

Y de nuevo, como ellos, me haré cubrir de oro

 

Y me emborracharé de nardo, incienso y mirra

Y de viandas y vinos y de genuflexiones,

Para ver si consigo de un corazón ferviente

Usurpar, entre burlas, divinos homenajes.

Charles Baudelaire

 

El sol cae en estocadas doradas sobre la arena de un balneario de Necochea en un martes como cualquier otro. La playa está repleta de personas que disfrutan del aire fresco, el mar y la empatía estival. Cada uno de los veraneantes posee dos pezones, tal como el Creador lo decidió, salvo aquellos agraciados que sorprenden con tres y hasta cuatro. Algunos los revelan al viento, otros los cubren con remeras, corpiños, toallas, chalecos salvavidas, abrigos, hojas, piedras puntiagudas o cualquier otro objeto digno de resguardar glándulas mamarias. Entre risas y chismes, juegos y pleitos, un grupo de uniformados de rostros marmóreos flotan en fila cortando el clima etéreo de la jornada. Seis pezones, de los incontables que brillan bajo el sol, están vulnerando la ley.

Pezones marrones, pezones rosados, pezones blanquecinos, pezones con vellos, pezones como galletas, pezones erectos, pezones por doquier… ¿Qué diferencia a los pezones interpelados por los guardianes de la ley, de los otros que bailan sobre el balneario? ¡Dios me libre del pecado, son pezones de mujer!

Los honorables policías respondieron al llamado de un prójimo asustado que observó al grupo de damas broncear sus torsos desnudos. Advirtieron a las mujeres en diversas ocasiones sobre el grave delito que estaban cometiendo, les explicaron que sus derechos terminaban donde empezaba la moral hegemónica, y ante el alboroto causado, en la última de las intervenciones se vieron obligados a insistir con que se alejaran del balneario, para así evitar una crisis de la decencia pública y las buenas familias que allí se encontraban. Algunas señoras estaban próximas a un colapso nervioso y ciertos señores al borde de un clímax impío.

El conflicto fue grabado y luego viralizado a través de redes sociales y medios online. El enorme número de uniformados (veinte azulados y seis vehículos), que se congregaron en torno a las alteradoras del orden y la moral pública, llamó enormemente la atención de los medios. Luego se aclaró que dieciocho de ellos estaban allí para apoyar emocionalmente al que las interpelaba y otro más para cebar mates. Las malhechoras debieron abandonar la playa ante un tumulto de gente que observaba la terrible escena con ojos húmedos. Algunos claramente fuera de sus cabales, emitieron palabras de aliento y resguardo para ellas, y otros (Dios los bendiga) las demonizaron, las insultaron y azuzaron; muchos otros permanecieron en silencio hundidos en la contemplación.

Tras siglos y siglos de maravillosas religiones monoteístas que nos protegieron de pensar la naturaleza y las relaciones sociales, donde las mujeres ocuparon lugares importantísimos, como ser amas de casa o permanecer en silencio dentro de los conventos, muchas comunidades comenzaron a esbozar manifestaciones que pusieron y ponen en crisis estas cosmovisiones. Algunas de estas incluso insisten con atrocidades como la teoría de que la Tierra es redonda. Creen que pueden develar al pezón femenino del velo moralista con el que sabiamente fue cubierto. Consideran válido comparar el pecho femenino con el masculino, siendo el primero más abultado que el segundo, salvo en los hombres con obesidad, con problemas hormonales o en los fisicoculturistas. El pecho femenino es una tentación pecaminosa en su carácter de órgano fetichizado. Tenemos información de otros fetiches, como los pies o las manos y estamos próximos a lanzar una campaña mundial para cubrirlos; las nalgas desnudas se permiten por su similitud física con el Monte Sinaí.

Por suerte para la sociedad argentina las leyes civiles (en especial las sancionadas durante los santos gobiernos militares) parten de nuestra moral y nos resguardan de hechos como el narrado anteriormente. Esta ética sagrada golpea a la libertad individual, la estrangula y persigue con antorchas y tridentes, pero sólo para protegerla del pecado. La mujer obligada por policías a detener el amamantamiento de su hijo, en una plaza de San Isidro el año pasado, fue salvada de cometer una obscenidad despreciable. Para que no sea considerado tal se recomienda llevar a cabo el acto en la intimidad del domicilio, si es posible en una habitación a oscuras para que la criatura no deba verse obligado a observar esa parte del cuerpo femenino tan profana. La moral un poquito por encima de la vida para que esta sea sagrada y eterna. Los pezones desnudos son los botones que activan las bombas de pensamientos impuros listas para devastar a nuestra sociedad.

Será sancionado con multa entre el quince y el cuarenta por ciento del haber mensual del Agente de Seguridad (Agrupamiento Comando) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el que con acto, palabra, dibujo o inscripción torpe u obscena ofendiera la decencia pública. (Artículo 70 del Decreto Ley 8031/73 también denominado código contravencional bonaerense).

La resolución tomada por Mario Juliano, juez del Tribunal en lo Criminal 1 de Necochea, explicita que este artículo -que de algún modo avalaba el accionar del amoroso operativo policial suscitado en el balneario- se presenta inconstitucional ante la “imprecisión y vaguedad de los términos empleados por la ley (obscenidad y decencia pública), que imposibilita a las personas conocer los límites de lo punible y lo impune (artículos 18 y 19 C.N)”. Claramente este magistrado no leyó los pasajes del Antiguo Testamento que mencionan el decoro, la sumisión y modestia que debe guardar la mujer para no caer en la tentación, y me arriesgo a pensar que no debe cumplir los imperativos más importantes allí escritos, como ofrecer, cada tanto, una oveja a Dios (en caso de no poseer una, presentar en reparación por el pecado cometido, dos torcazas o dos pichones de paloma), no afeitarse ni cortarse el pelo, ni tampoco mezclar ropa que emplee diferentes hilos. El juez finalmente se mostró contrario al accionar policial y a favor de las obscenas, archivó la causa por “carecer de relevancia contravencional” y solicitó “prudencia” a la policía. También apoyó las manifestaciones venideras (denominadas tetazos) e insistió con que el tema debe ser tratado por la justicia y el poder legislativo.

La Ministra de Facebook, Patricia Bullrich, (Lucas Carrasco dixit), no opinó sobre el caso ni las manifestaciones. De igual modo, el presidente, Mauricio Macri, se llamó al silencio sobre el tema, debido a que no involucraba a Juliana, Antonia ni a ningún inmigrante belicoso.

Ante los próximos “tetazos” que se avecinan, se recomienda no salir a la calle, no prender la televisión ni conectarse a internet. Si es posible pasar todo el día en ayunas, rezando y evitando cualquier tipo de tentación. La cruzada santa contra los pezones del mal debe ser llevada a cabo con el mayor de los sacrificios, para así evitar que se socaven aún más las instituciones sagradas.

 

http://www.laizquierdadiario.com/Operativo-tetas-sin-sol-en-Necochea-quisieron-detenerlas-por-hacer-topless

http://www.laizquierdadiario.com/Necochea-para-el-juez-de-feria-Mario-Juliano-las-tetas-no-son-delito

http://www.infobae.com/sociedad/2017/02/01/un-juez-avalo-el-topless-en-necochea-y-se-expreso-a-favor-del-tetazo-con-un-escrito-en-primera-persona/

 

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