#Edición9

Rita

5 Minutos de lectura

Por Ignacio Ratier.

En el año 2015, La Mariátegui dio el batacazo y se quedó con el centro de estudiantes de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud (FHCSyS). En el año 2016 perdieron contra la opción oficial: Franja Morada. Pero lejos de abandonar el barco, continuaron militando, leyendo la coyuntura y, tras tejer una alianza con FUNyP, volvieron a hacer lo que parecía improbable. De la mano de su nueva conductora, Rita Morano, recuperaron el centro de estudiantes de humanidades.

La agrupación nacida hace 8 años del vientre de una juventud activa y comprometida políticamente logró lo que en sus inicios muchos veían improbable. Desde adentro, sus militantes se identifican como parte de la izquierda popular y lejos de generar rechazos contundentes a partir del uso de estas etiquetas, las buenas gestiones y sus posicionamientos claros, consiguieron que se lleven la simpatía de jóvenes de todo el espectro político. Por ejemplo, Facundo Quiroga, ex presidente de la Juventud Radical e integrante de Cambiemos, expuso en su cuenta de Facebook: “Excelente el triunfo de la Mariategui en la UNSE. En lo personal, siempre sostuve que esa era la línea a seguir para mejorar la Universidad”.

A continuación, intentaremos conocer mejor a la flamante presidenta.

Rita Morano tiene 22 años y su segundo nombre es Mariela. Nació en Añatuya y vivió allí sus primeros 19 años de vida. Luego trajo su equipaje a Santiago, para iniciar sus estudios en la Licenciatura en Obstetricia. Al ingresar a la facultad, comenzó su militancia en La Mariátegui, donde poco a poco fue ganándose su lugar. Sus compañeros se refieren a ella con términos como “grosa”, “genia” y destacan “su garra para moverse y estar siempre”.

Cuando su pueblo natal aparece en la conversación, piensa en las ganas que tiene de volver a ver a su familia para compartir el domingo, en los mates que hace con sus amigos en la plaza, o en los ensayos con sus compañeros de danzas. “Cada vez que vuelvo, Añatuya me acoge, me atrapa y no me deja ir. Es la capital de la tradición, mi tierra, mi pago”, dice.

Rita piensa que este es un contexto de resistencia y que el rol del centro no se debe limitar a las cuestiones concernientes a la lucha estudiantil. Por el contrario, afirma que es deber de los estudiantes ser protagonistas en las luchas del pueblo. Cree, además, que para eso es necesario “sostener todo lo que el movimiento estudiantil ha conquistado durante su historia para poder avanzar”.

La pregunta inevitable es por la educación pública, hoy que sufre cuantiosos recortes y que las ideas sobre su arancelamiento, a partir del nuevo clima cultural, gozan de más aire. Al respecto, sostiene que “tenemos la tarea de defender la Educación Pública, de poder hacerla más inclusiva para que cada vez seamos más los que podamos acceder, permanecer y egresar. El camino que recorremos los y las que somos del interior es muy difícil y distinto. Hoy tengo la posibilidad de poder estudiar en la Universidad Pública, y mis 3 años de militancia me han enseñado que puedo aportar no solo para devolver todo lo que me ha dado sino también para que cada vez seamos más los y las personas del interior, y más compañeros de los barrios populares los que podamos acceder a ella”.

El trabajo realizado por La Mariátegui fue largo, demandó muchos esfuerzos y Rita sabe que es parte de una construcción que la excede. Entró hace tres años y convive con militantes que no han declinado su participación desde los inicios de la experiencia. No formó parte de aquellos días, pero los sabe valorar, siempre remarca que hubo mucho sudor por detrás de su consagración, y que sin eso nada de lo que hoy sucede sería posible.

Hoy nos toca nuevamente ser conducción y todo lo mencionado anteriormente viene a empalmarse con nuestras propuestas para la Gestión 2017-2018”. Entre las propuestas de campaña resalta la creación de un espacio físico propio del CEFH, “nuestra facultad es la más grande y con horarios que ameritan tener un lugar no solo dónde estudiar, sino también dónde pasar el rato, esperar la clase siguiente y poder alimentarnos, ya que no contamos con un comedor universitario propio”. Además, menciona la idea de trabajar por una fotocopiadora con precios accesibles, que cuente más servicios, como la digitalización de apuntes. Según Rita, la idea de digitalizar los apuntes “va de la mano con la Biblioteca virtual”, otra de las principales propuestas de la agrupación.

Además, piensa en la importancia de dar continuidad a las implementaciones de la primera gestión de La Mariátegui, en el año 2016, cuando pusieron en marcha el Presupuesto Participativo, para que “todos los estudiantes podamos decidir en qué gastar los recursos del centro”.

La transparencia forma parte de su lenguaje y el lenguaje de sus compañeros en general. Un buen ejemplo para que imiten las fuerzas políticas del lado izquierdo del tablero, que permitieron que la derecha se apropiase como bandera el honestismo y la lucha en contra de la corrupción. Su principal objetivo es consolidar “un centro de estudiantes con una conducción que sea transparente, democrática y que sí te represente”.

El momento de mayor incomodidad llega ante una pregunta sencilla:

– ¿Por qué crees que te eligieron?

Está complicado contestar eso (risas).

Luego toma aire y responde:

Pienso que, primero, por tener recorrido militante, que tiene que ver con los años de trabajo que te hacen conocer el terreno en dónde te toca estar. Después, por estar bien académicamente y tener buenas referencias no sólo adentro de la organización sino también en el afuera”.

Entre sus principales cualidades, destaca “tener mucha pila y carácter para poder plantarme las veces que haga falta. Yo destaco de mí la facilidad para poder relacionarme, me gusta conocer mucha gente. Y la otra es que tengo mucha paciencia”.

Rita adora The Walking Dead y si tiene que elegir un libro, ese libro es El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano. De hecho, sabe de memoria un fragmento que cita con gusto: «El mundo es eso. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende

– ¿Tu comida preferida?

– El cabrito a la parrilla de papá y el guiso de arroz de mi mamá.

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