Por Nicolás Adet Larcher
Desde la derrota para establecer el ALCA en 2005, Estados Unidos revisó su estrategia económica a nivel mundial, sus incursiones políticas y extendió nuevamente sus tentáculos hacia territorios lejanos para resurgir. Esta vez, con una novedad. Ahora el ALCA mutó en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) y busca dominar gran parte de la economía mundial eliminando aranceles, favoreciendo a Estados Unidos y distintas corporaciones.
Para salir de cualquier abstracción incomprensible, hay que bajar a tierra cuales son las repercusiones directas que el TPP puede tener en la vida diaria de cualquiera de nosotros. La organización Wikileaks de Julian Assange, había filtrado documentos clasificados del TPP[1] referidos a la propiedad intelectual a los que solamente habían accedido tres personas de cada país que revelaban ilegalidades alarmantes. Assange, había advertido en 2013, “si se establece el TPP, el régimen de propiedad intelectual pisotearía los derechos individuales y las libertad de expresión, así como, sin miramientos, pisotearía los bienes colectivos intelectuales y creativos. Si lees, escribes, publicas, piensas, escuchas, bailas, cantas o inventas; si cultivas o consumes alimentos; si estas enfermo ahora o podrías estarlo algún día, el TPP te tiene en la mira”. La aprobación del TPP afecta en forma directa elementos esenciales de la vida humana que tienen que ver con el consumo de medicamentos, alimentos y bienes culturales, otorgando beneficios a las grandes empresas.
- Se aceptará la exclusividad de patentes farmacéuticas. Esto, imposibilitará cualquier investigación científica en el país – un golpe a la ciencia a nivel nacional – a la vez que prohibirá la venta de medicamentos genéricos, beneficiando a grandes laboratorios.
- Cualquier obra de arte, pintura, dibujo, libro, fotografía, cuento, canción que circule por internet y que no sea de dominio público podrá ser eliminada, incluso permitiendo una penalización sobre la persona que difundió el contenido sin autorización. Ricardo Mansilla Corona, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México había advertido hace un tiempo ‘‘Si esto se acepta, cualquier cosa que escribas o leas en Internet, haciendo mención a algún contenido o autor, podría ser considerado una falta que transgreda los derechos de autor. Entonces, para publicar o comentar algo tendríamos que pedirle permiso a los dueños de los derechos. Por ejemplo, si quiero comentar un punto sobre alguna obra de Julio Verne, los dueños de los derechos podrían demandarme porque no solicité autorización para hacerlo’’
- Los gobiernos podrán solicitar libremente datos de cualquier usuario “sospechoso” de infringir derechos de propiedad intelectual (mencionado en el punto 2), lo que da lugar a una vigilancia masiva sin autorización judicial de por medio ni frenos institucionales.
- Se facilita la judicialización hacia los usuarios, violando normativas internacionales. Un juez de Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda o cualquier país que adhiera al TPP, podrá enjuiciar a cualquier usuario de internet que utilice contenido alcanzado por la propiedad intelectual sin seguir los términos de autorización necesaria de parte del autor. También se podrá aplicar esta persecución judicial a cualquier investigador científico al margen de las patentes de los grandes laboratorios.
Desde su conformación en 2011, y hasta 2013 ya era 12 los países que habían[2] suscripto al llamado TPP en Nueva Zelanda. Hasta ese momento, los países que habían firmado eran Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam. El tratado abarca a estos países que representan el 40% del PBI a nivel mundial y tres de estos países pertenecen a América Latina, en particular, a la Alianza del Pacífico. En mayo de este año, el Secretario de Comercio de la nación, Miguel Braun, había afirmado que el gobierno nacional de Mauricio Macri tenía la intención de impulsar el ingreso de Argentina al TPP, lo que implicaba primero acercar posiciones con la Alianza del Pacífico. Para Braun, el ingreso de Argentina iba a “tomar tiempo” y aclaró que lo más probable era que no se pusiera la firma durante este año.
El debate sobre la suscripción de Argentina al TPP tiene poca trascendencia mediática porque no se comunica en forma clara cuales son los costos que puede pagar cada país por poner su firma. En nuestro territorio nacional, solo se escucharon algunas voces disidentes como la del Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, Roberto Baradel, que afirmó que el tratado es “peor que el ALCA” porque “subordinamos la soberanía productiva de nuestros países al capitalismo financiero internacional”. En octubre de 2015, la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, había mencionado que el TPP era una “farsa” durante un discurso y después, desde su cuenta de Facebook, compartió una nota crítica firmada por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz junto con el profesor Adam S. Hersh.
Como mencionó Wikileaks, solo tres personas de cada país tienen acceso a los documentos clasificados en forma completa. Esos papeles, no son públicos para la sociedad en general, aunque sí lo son para empresas como Monsanto, Wal-Mart o Chevron, que si pudieron acceder al texto completo.
Dudas y palos
Para la aprobación total del TPP, luego de la firma del ejecutivo, se necesita la aprobación del congreso de cada país, lo que motivó a algunos conflictos internos en cada territorio. En Nueva Zelanda, surgieron algunas dudas de parte del gobierno luego de la firma, ya que se preguntaban cómo podrían continuar subsidiando a la producción científica nacional ante el avance de las patentes de los laboratorios que no permitirían subsidiar la ciencia, o la utilización de genéricos en hospitales públicos. En Perú, las fuerzas de seguridad reprimieron una multitudinaria manifestación realizada en Lima contra el TPP. El saldo de la represión fue de varios detenidos y heridos luego de que la policía utilizara gases lacrimógenos y bengalas contra los manifestantes.
Fotografía: Protesta en Estados Unidos contra el TPP
En Chile, el senado solicitó que se frene cualquier negociación del TPP hasta que se haga público su contenido y se realice un debate abierto en todo el país que incluya a toda la sociedad civil. En Estados Unidos, para sorpresa de muchos, Donald Trump rechazó cualquier aprobación del TPP argumentando que podría llegar a perjudicar a la industria norteamericana y a los países que pusieran la firma en él. En la misma línea, se colocó el demócrata Bernie Sanders, aunque todavía falta una clara definición de parte de Hillary Clinton, que si bien dijo que había preocupación frente al avance del TPP frente a los usuarios, Robert Hormats, asesor de Clinton y ex vicepresidente de Goldman Sachs, se declaró a favor.
El TPP alcanza también a los proveedores de internet, en caso de que no quisieran hacer caso a las denuncias de corporaciones contra usuarios. Si un proveedor se niega a eliminar un contenido o bloquear a un usuario, será sancionado y todo país que firme el acuerdo se verá obligado a acatar cualquier fallo internacional incluso si viola la legislación local, lo que daría lugar a múltiples cautelares y medidas judiciales de parte de los usuarios.
El viernes, Macri acudió a una cumbre de la Alianza del Pacífico representando a Argentina en calidad de miembro observador. Ahí, apuntaló las bases del TPP y fue más allá mientras esgrimía desde un atril un acercamiento entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico frente a 500 empresarios. “Tras muchos años de una economía cerrada, tenemos que ir en una transición ordenada, no crítica, hacia la integración del Mercosur, espero en breve, con la Alianza del Pacífico y después, con el mundo entero. Tendremos futuro aquellos que seamos capaces de construir redes y no paredes” afirmó Macri en Chile.
Medios afines a los mercados, celebran la posibilidad de que nuestra región pueda adherir en forma plena distintos países entre, como dijimos, podría sumarse Argentina, lo que representaría un retroceso en cuanto a la implementación de políticas que fomenten el desarrollo de la libertad de expresión, el consumo cultural, el acceso a la información, a bienes de primera necesidad y la multiplicación de las voces en el debate público. En caso de llevarse a cabo la adhesión a lo que se establece en el TPP, las corporaciones tendrían bajo su poder la llave para poder privatizar gran parte del conocimiento disponible libremente a través de internet, también, utilizando la fuerza mediante medidas judiciales.
[1] https://wikileaks.org/tpp/static/pdf/Wikileaks-secret-TPP-treaty-IP-chapter.pdf
[2] http://agenciapacourondo.com.ar/sociedad/12509-wikileaks-la-propiedad-intelectual-en-la-mira