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Demanda contra el Estado y las corporaciones

3 Minutos de lectura

Por Nicolás Adet Larcher

A los cuatro años Maira Castillo se intoxicó por primera vez en 2008. Tenía dolores de cabeza, vómitos y los ojos irritados. Se intoxicó en forma aguda en Quimilí, su lugar de origen. Maira vivía en el monte con su familia, bajo el sol, alrededor de campos de soja de vecinos que constantemente eran rociados con glifosato. Su familia integra el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase – Vía Campesina) y desde hace 50 años trabajaban esa tierra donde vivía su hija de cuatro años. Cuando llegó al hospital, Maira tuvo que ser derivada en forma urgente al Hospital Garrahan. En Santiago le diagnosticaron envenenamiento con agrotóxicos, tenía comprometidos sus ojos, su piel y todo su sistema respiratorio.

En 2010 Julieta Sandoval de siete meses también padeció los efectos de los agrotóxicos. Su vida fue entre avionetas y fumigaciones a su alrededor. Julieta había nacido en abril en Santa Fe, pero sus padres eran de Bandera. Habían viajado desde Santiago para tenerla por un paro que se mantenía en ese momento en el Hospital Regional. Julieta había nacido con malformaciones, no podía respirar bien, le habían realizado una traqueotomía, tenía hidrocefalia, parálisis cerebral y parálisis facial. Al igual que Maira, también fue tratada en el Garrahan. No se pudo hacer mucho, Julieta falleció el 13 de diciembre de 2010. En ese momento, se estimaba que en Santiago había alrededor de 100 niños que nacían con malformaciones.

Los casos de Maira y Julieta, fueron incluidos dentro de una demanda colectiva que realizaron los abogados Daniel Sallaberry, Santiago Kaplun, Jorge Mosset Iturraspe, Graciela Vizcay Gómez, miguel Araya y Horacio Belosi quienes se presentaron en representación de víctimas de las fumigaciones con agrotóxicos en nuestro país.

En un principio, la demanda se había realizado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Iniciamos proceso colectivo urgente, autónomo y definitivo por daño ambiental, daño moral y punitivo” dice la demanda que se presentó en 2015 ante la Corte y fue derivada al Juzgado Nacional N° 3 en lo Contencioso Administrativo Federal, bajo la órbita de la jueza Claudia Rodríguez Vidal según información difundida por el periódico MU.

La demanda es contra el Estado Nacional, catorce corporaciones (Monsanto, Bayer, Syngenta, Dow, Dupont, Nidera, Bioceres, etc) y tres provincias. Entre ellas, figura Santiago del Estero. La jueza Vidal rechazó en un principio una medida cautelar para que se suspendieran las fumigaciones, pero fue Fabían Canda (fiscal federal) quién apeló hace unas semanas la decisión de Vidal y remarcó ese pedido de una medida cautelar. La Cámara Federal deberá resolver.

En sus 101 páginas, la demanda cita trabajos de distintos científicos como Andrés Carrasco (ya fallecido), Argelia Lenardón, Rodolfo Páramo, Alejandro Oliva, entre otros e incluso suma a organizaciones que además cita a declarar. A partir de marzo, el Estado nacional, las provincias y las corporaciones tendrán que contestar la demanda a partir de distintos puntos que plantean los abogados.

Hay tres elementos centrales que proponen los abogados. Uno es que se disponga el etiquetado obligatorio de productos que hayan sido alterados químicamente. El segundo es que se suspenda la aplicación de agrotóxicos hasta que las empresas puedan demostrar que no afecta de ninguna manera a la salud de los seres vivos. Por último, que se ordene al gobierno nacional la suspensión de la comercialización de la soja transgénica y su utilización en lugares abiertos y cercanos a poblaciones.

Según los abogados, queda en manos de los notificados responder ahora y presentar pruebas de que lo que están haciendo no representa ningún perjuicio para la salud.

 

Todo por el oro verde

La frontera sojera se extiende, mientras los bosques desaparecen. El año pasado, un informe realizado por Gonzalo Camba elaborado para la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) señalaba que entre el 2000 y el 2012 en Santiago del Estero se habían desmontado más de cuatro millones de hectáreas de bosques nativos. El informe dice que la sustitución de estos bosques por cultivos como la soja en Santiago fue “mayor a la producida en la ecorregión entera, en Sudamérica e incluso en el mundo”. A partir de este y otros elementos, se determina que “si la dinámica de la deforestación en el mundo se comportara como en Santiago del Estero, la tasa de deforestación sería entre 12 y 17 veces más alta”.

Datos sobre Santiago del Estero

La Facultad de Agronomía de la UBA, el INTA y la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) conformaron un grupo de trabajo desde hace un tiempo y elaboraron una página de internet para monitorear desmontes. En ella, se pueden observar gráficos estadísticos de cada provincia y el avance de la deforestación en ellas.

 

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