Pablo Espinoza (San Salvador de Jujuy, 1983). Artista plástico y poeta. Publicó los libros de poemas Nunca te enamores de una actriz de teatro (2005), Ojalá fuésemos superhéroes (2007), Mi amiga se esconde (2006), Cuadernos de un luchador mejicano (2011), Muchacha Indie (2014), I wanna be tu chongo (2015) y Mi monstruo punk (2016). Además publicó No somos indies junto a la poeta Fernanda Salas (2013), el fanzine Hámster Paradaise (2014) y el álbum Game Over (poemas musicalizados por Fernando Espinoza), en formato cassette (2014). Actualmente lleva adelante el proyecto editorial Almadegoma Ediciones y codirige el sello de música y poesía Wawa-Shyshy Records.
Fuegos
Volví a escribir en cuadernos después de mucho tiempo.
Comencé una serie nueva de textos con pretensiones de ciencia ficción autobiográfica.
(Tal vez algo bueno salga de todo esto// Tal vez mañana queme todo de nuevo).
Te extraño demasiadamente mucho, y es al pedo.
La ansiedad se hace carne, me quema las manos.
¿Viste cuando apretás todos los botones del joystick al mismo tiempo para no perder aun sabiendo que es inútil?
Algo así, a esta hora.
La idea del fuego me persigue.
Pienso en el fuego, sueño con él.
Busco en Bandcamp con la etiqueta fuego.
El buscador me ofrece 102 resultados entre bandas y canciones.
(Me quedo con un dúo de Irlanda:
electrónica atmosférica grabada durante una sola sesión improvisada).
Puedo sentir el olor a cenizas.
Puedo sentir el calor envolviendo todo a mí alrededor.
(Tantos libros sin leer serían el combustible perfecto).
Tal vez mañana te escriba con la excusa de preguntar por el significado de soñar con fuego.
Tal vez mañana te escriba y el mensaje quede
dando vueltas
como estas cenizas, en el aire, esperando respuesta.
Canciones de los días que se van
Descubrí algunas canas en mi barba.
En mi barba despareja,
de meses.
Barba rota.
Barba negra.
Barba homeless, nunca hípster.
Barba que no te gusta y que nunca va a hacerte cosquillas al besarnos.
Barba espejo de los días.
Barba nada.
Barba río.
Barba cansada.
Barba al pedo.
Con emoticones ya no alcanza
(Corazona)
El incendio forestal se extiende.
Desde mi cabeza hasta las paredes de esta caja.
Por el suelo.
Hasta los libros que esperan, en la ventana, ser leídos algún día.
Por la cama.
Animales huyen, envueltos en llamas.
Misiles dirigidos a ciudades invisibles.
El bosque sabe del fuego y no hace nada.
Pienso en un río.
Pienso en una piedra gigante que nos contenga.
El fuego se pixela. Se hace grande, con brazos y puños.
Me golpea, me mantiene despierto.
Flawless victory otra vez y yo en el suelo,
desarmado.
(Deberías estar aquí
entre tanto escombro
adormeciéndome con tu abrazo).
Procrastinación al palo
Sin anteojos no veo.
Con la música fuerte los fantasmas se demoran.
Con el brazo extendido puedo hacer que un colectivo se detenga.
Con el pie derecho giro mejor sobre mi propio eje que con el izquierdo.
Con azúcar el agua es dulce,
sin azúcar el agua sólo tiene gusto a agua.
Los días se amontonan,
bajo la cama.
La ropa sobre la silla junto a la ventana.
Los vistos.
Las cuentas.
Las noches a medias.
Las caries.
Los dibujos sin terminar.
Actualización de curriculum vitae dos mil dieciocho: nivel 130 de Candy Crush.