#Edición13#Entrevistas

Primer Festival de Teatro adolescente “Vamos que venimos” en Santiago

5 Minutos de lectura

Por Subida de Línea.

María Eugenia Fittipaldi, actriz, educadora social y organizadora del Festival de Teatro Adolescente “Vamos que venimos”, en su segunda edición en la región del NOA con sede en Santiago del Estero, nos cuenta de que se trata este encuentro y la importancia del teatro como herramienta de transformación.

¿Cómo es la historia del festival?

Vamos que venimos nace como una idea, en el 2008. Cecilia Ruiz, directora de una escuela de teatro independiente de C.A.B.A. «Espacio crearte», nos convocó a un grupo de jóvenes participantes de la escuela en distintos roles a pensar sobre un espacio de contención e intercambio para elencos de teatro adolescente que estaban trabajando. Después de un año de trabajo sucedió el primer Festival de Teatro Adolescente Vamos que Venimos, que fue de carácter regional. Desde ese entonces, año tras año, nos volvemos a congregar en Buenos Aires en el mes de octubre. Realmente creemos que era un espacio necesario puesto que la convocatoria de los elencos que querían participar cada vez fue más grande, a partir del 2011 recibimos grupos de todo el país y desde 2013 es un encuentro Latinoamericano. Desde 2016 se realizan los festivales regionales con el fin de no perder la fuerza local y fortalecer la red.

 ¿Cómo se articula el festival y que nos vamos a encontrar en él?

El Festival tiene cuatro instancias de intercambio, Funciones hechas por diversos elencos formados por pibxs de entre 13 y 19 años, Talleres gratuitos para adolescentes ofrecidos por grandes maestros, Paneles de intercambio donde el adolescente toma la palabra y Conferencias participativas con distintas temáticas que interesen a la juventud relacionadas con el quehacer teatral. Actualmente, hay varias Comisiones organizadoras locales que dan forma a estos encuentros en diferentes niveles; todas ellas son independientes y no dependen de ninguna institución, año a año gestionan la organización con recursos locales y diversas ideas para lograr concretarlo. Se unen en la Red de teatro adolescente nucleada por la comisión fundadora.

¿Por qué teatro adolescente?

La escuela de teatro donde nace este festival, históricamente tiene en sus entrañas un fuerte elenco de adolescentes: Crearte JR. Desde el principio, allá por el 2000, este grupo de teatro adolescente participó de encuentros o realizó pequeñas giras por la región para intercambiar con otros grupos. Cecilia, la directora, vio de repente que era un espacio necesario, y nosotros los adolescentes de ese entonces celebramos el espacio y hoy lo atesoramos como un gran transformador social. Por eso seguimos generando espacios para los grupos de teatro adolescente, para acompañarlos en el proceso de creación, alentarlos a seguir trabajando y a encontrar o pulir los mensajes que quieren transmitir. De este modo, ponemos nuestra semilla para construir el mundo que queremos en la juventud, más solidario, amoroso y parecido al teatro.

¿Por qué es tan importante difundir, apoyar y fomentar el teatro adolescente?

Creo que hay dos puntos fundamentalmente: la adolescencia es una edad de construcción identitaria, y también, un momento de mucho potencial para crear. Es importante que los pibxs puedan sentirse contenidos para expresarse y concretar sus objetivos. Es inmenso lo que uno aprende al vincularse con adolescentes creativos y libres, son todo potencial de cambios positivos en la sociedad.

¿Cómo se suma Santiago del Estero por primera vez a este encuentro?

Santiago del Estero participa desde 2015 de Vamos que Venimos a través de Los hijos de Yerma, elenco de teatro adolescente dirigido por Nicolás Nuñez Correa. Ellxs se conocieron en el taller que Nico brinda en el Teatro ADATISE. Viajaron en dos oportunidades al encuentro latinoamericano de Buenos Aires  y en 2017 fueron parte del primer Festival Regional NOA que se realizó en Jujuy. Desde hace tiempo vienen manifestando sus ganas de que un Festival Vamos que Venimos se haga aquí, y a esto se suma que yo me mudé a esta ciudad y es un proyecto que no pienso abandonar. Juntamos fuerzas y organizamos el primer festival en Santiago.

En tu opinión ¿Como ves el contexto actual en base al teatro y la política regional?

Estamos en una región donde, en la mayoría de sus provincias, el teatro está muy presente y a distintos niveles. En algunos lugares la formación teatral es muy fuerte como en Tucumán, y otros como Jujuy tienen una identidad muy poderosa. En Santiago, por ejemplo, tenemos un intercolegial de adolescentes muy convocante, mucho teatro en la escuela, pero cuesta sostener el trabajo en el tiempo o profundizarlo. Yo creo que es porque hay que abrir. A veces cuesta romper las fronteras, falta intercambio. Los recursos con los que contamos los teatristas por parte del estado son irregulares, hay que ponerle mucha fuerza a la gestión y cuando no sale, saber auto gestionarte, sino perdés, es fácil abandonar. Estimo que aportar para fortalecer la actividad teatral en los jóvenes y encima en un contexto de intercambio regional puede augurar un mejor y más libre futuro.

Dentro de estos 10 años de trayectoria ¿Con que historias se han encontrado?

Con muchísimas. Con grupos de lo más diversos, con muchas ganas de intercambiar. Hace diez años, no era lo mismo que ahora. Yo creo que la visión general de la adolescencia era mucho más negativa, aunque haya que seguir trabajando al respecto. Hubo historias muy fuertes de pibxs para los que el teatro fue su salvavidas, historias donde el teatro era la herramienta de denuncia, como un grupo colombiano de un pueblo minero, a través del teatro denunciaban como estaban matando al pueblo. También espectáculos en otros dialectos, miles de cosas. Al poco tiempo empezamos a entablar una red con los grupos que participaban del festival, allá en Buenos Aires nos visitábamos durante el año y generábamos pequeños encuentros. Después empezó a pasar con otras provincias y dimos paso a los regionales. Allí cada sede es distinta y aporta ideas nuevas a los encuentros según su idiosincrasia y costumbres.

 ¿Cómo entiende «Vamos que venimos» al teatro adolescente como herramienta de transformación?

Creo que es un poco de todo lo ya dicho, el teatro te propone valores, desde el cuerpo, aprender a registrar al otro en escena, el otro es importante, acción-reacción, búsqueda de conflictos y desarrollo, correrme de mi lugar, conocer otros mundos, volver a lo esencial, no sé, son tantas cosas las que nos aporta el practicar teatro. A mí me gustaría que todxs pudiesen hacerlo, no importa a que se dediquen, para mí se parece más a una filosofía que a un trabajo. Y bueno, así como el teatro nos transforma, los adolescentes que hacen teatro pueden cambiar el mundo.

¿Qué se espera en el futuro?

Fortalecer la Red, que cada vez haya experiencias más pequeñas y puntuales de teatro y que podamos compartirlas en encuentros más grandes y más seguido. Estamos generando por primera vez materiales teóricos (papers, libros) sobre el teatro, la adolescencia, lo regional, etc. para que la idea siga trascendiendo. Que cada vez lleguen más grupos a los festivales.

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