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La ESI nunca fue su consigna. Crónica de un derecho negado

8 Minutos de lectura

Por Araceli Montenegro y Delfina Vittar Bonacina.

A los 13 años tengo una nota en mi “cuaderno de comunicación” que pide autorización a mis padres para presenciar una clase de educación sexual en el colegio. Me autorizan. A la mayoría de mis compañerxs, no. No hay tal clase. Ni esa, ni ninguna. A dos años de la sanción de la ley, una compañera muere después de un aborto clandestino. Al año siguiente, otra deja la escuela por un embarazo no planificado. Meses antes de terminar nuestro último año en el 2010, dos chicas más tienen que dejar el colegio. Han pasado cuatro años de la sanción, y nunca tuvimos esa clase de ESI. Ni esa, ni ninguna.

La ley de Educación Sexual Integral (ESI) se sancionó en octubre del 2006 casi con unanimidad en ambas cámaras; sólo un diputado y una senadora votaron en contra. A partir de ese momento, el Ministerio de Educación tendría 180 días para crear el programa nacional, y las provincias 4 años de plazo para adecuarse la legislación.

Recién en 2008, bajo las estipulaciones de la Ley de Educación Sexual Integral (ley 25.150), el Ministerio de Educación de la Nación creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral que debía garantizar la producción de material pedagógico para todos los niveles educativos, el dictado de capacitaciones masivas de carácter presencial y virtual y la aplicación efectiva de la ley.

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– ¿Crees que la Educación Sexual tiene que ver con la diversidad sexual?

-No sé, la verdad es que no sé. Yo voy a un colegio católico, tengo un profesor en Facebook que comparte cosas sobre ESI y donde dicen que antes era más fácil hablar de eso porque sólo había varones y mujeres. Es el mismo colegio donde a uno de mis compañeros le ponen una toallita entre la carpeta porque es gay. Como si fuera que ser gay es lo mismo que ser mujer. ¿Ves? Se mezclan mucho las cosas, me hiciste una pregunta y te termino contestando otra cosa – Martín, 16 años (La Banda, Santiago del Estero)

En 2016, a diez años de la sanción de la ley, Fundación Huésped y Colectivo por los Derechos Sexuales y Reproductivos realizaron un informe sobre la aplicación de la ESI en nuestro territorio (Informe Ejecutivo):

 

  • El 86% de lxs jóvenes encuenstadxs asoció la Educación Sexual a cuestiones biológicas
  • Aunque 7 de cada 10 estudiantes afirmar haber observado situaciones de embarazos adolescentes, sólo el 39% menciona algún abordaje por parte de personal de la institución (docentes y preceptores) y el 38% indica directamente que no se habló del tema.
  • Con respecto a la discriminación por diversidad sexual o identidad de género, 1 de cada 2 estudiantes mencionó la existencia de estas situaciones, pero el 44% afirmó que el establecimiento educativo no trabajó sobre el tema.
  • Solamente la mitad de lxs entrevistadxs conoce la existencia de una Ley de Educación Sexual Integral, de los cuales la mayoría concurren a escuelas públicas y/o laicas.

 

Los resultados arrojados por este informe pusieron en foco los problemas en la aplicación de la ley con respecto a sus cinco ejes principales: perspectiva de género, respeto a la diversidad, ejercicio de los derechos, cuidado del cuerpo y la salud y la valoración de la afectividad.

Pero el tamaño también importa, sobre todo si hablamos del tamaño del presupuesto que se destina a una de las leyes educativa que atraviesa todos los niveles de formación de lxs niñxs y adolescentes en Argentina. En 2016 el presupuesto de la ESI destinado a la producción de materiales y capacitaciones, se redujo en un 65% en términos reales (es decir, teniendo en cuenta la inflación) en relación a 2015.

Las capacitaciones presenciales masivas también sufrieron un decrecimiento en los últimos años hasta 2016; de 55mil docentes capacitadxs en 2014, se pasó a 28mil (es decir, casi la mitad) en 2015 y de ahí la cifra descendió 200 en 2016.

Hasta 2016, Santiago del Estero pertenecía a las provincias que no dictaron capacitaciones masivas presenciales.

 

«Pero el tamaño también importa, sobre todo si hablamos del tamaño del presupuesto que se destina a una de las leyes educativa que atraviesa todos los niveles de formación de lxs niñxs y adolescentes en Argentina. En 2016 el presupuesto de la ESI destinado a la producción de materiales y capacitaciones, se redujo en un 65% en términos reales (es decir, teniendo en cuenta la inflación) en relación a 2015» 

         

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-Yo conozco a dos personas que han quedado embarazadas mientras iban a la escuela. Una dice que no creía que podía quedar embarazada mientras estaba indispuesta y la otra no sé, creo que porque el chico le “acabó” adentro, aunque ella le había dicho que no. Las dos son más grandes que yo, ya les quedaba este año para terminar – Florencia, 17 años. (Frías, Santiago del Estero)

A comienzos del 2018 se presentó nuevamente -por séptima vez- el proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). El proyecto, que obtuvo media sanción en diputados, fue rechazado dos meses después en el senado. La discusión entre aquellxs a favor del aborto, y lxs que se pronunciaron en contra, puso sobre la mesa las fallas en el sistema de salud, la fuerte intervención de la Iglesia en un Estado que se presenta como laico, la dificultad para acceder a una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y las faltas cometidas en la implementación de la ESI.

 

Fotografía: Juanca Páez Giménez.

 

Durante las exposiciones en ambas cámaras, hasta el rechazo definitivo de la ley, los sectores opositores a la IVE, como en el caso de la Red Federal de Familias invitaron “a los legisladores, así como a las autoridades y organismos involucrados en el tema y a la ciudadanía en general, a buscar caminos de solución a los problemas que puedan derivar de embarazos conflictivos o riesgosos, contemplando los derechos y la dignidad tanto de la madre embarazada como del niño por nacer, así como el bien común de nuestra Patria”. Mientras que, por otro lado, todas las organizaciones pertenecientes a la Campaña Nacional por del Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito insistieron en la necesidad de una ley por razones de salud pública, derechos humanos y evidencia científica bajo el lema “Educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. A lo que los antiderechos respondieron con la consigna: “educación sexual para prevenir, anticonceptivos para elegir, contención para no abortar y adopción para vivir”.

Ante tantos argumentos enfrentados, un punto en común: educación como prevención. Según un informe publicado en Legislatura Abierta, la expresión más mencionada durante la sesión del 13/14 de junio fue “educación sexual”: El término fue utilizado por más de la mitad de lxs oradores y oradoras; el 63% pertenece al grupo que votó a favor del proyecto, mientras que el 37% al grupo que se opuso.

Hagamos las matemáticas.

  • En la sesión de diputados hubo un total de 166 expositores: aproximadamente 100 oradores dijeron “educación sexual” en sus discursos.
  • De lxs 100 diputadxs que mencionaron el concepto, 67 votaron a favor de la IVE y 33 en contra.
  • Hubo 73 expositores antiderechos, solamente 33 mencionaron la “educación sexual”, o sea, un 45%. Mientras que, de los 93 expositores a favor de la ley del aborto, 67 la mencionaron, es decir, el 72%.

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-La verdad, yo no sé qué esperan. La mayoría está en contra del aborto, pero les da pánico hablar de sexo también. Yo no estoy seguro acerca de lo que pienso del aborto, todavía. Lo que me hace enojar es que tampoco quieran hablar de eso, como si no vieran que hay un montón de chicas que se quedan embarazadas y tienen que dejar la escuela, aunque no quiera. Eso me hace enojar – Mateo, 14 años (Capital, Santiago del Estero)

El 4 de septiembre de 2018, en el día mundial de la salud sexual, y a pocos días de cumplirse un mes del rechazo de senadores a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Cámara de Diputados de la Nación firmó el dictamen de consenso para la reforma de la ESI, ley 26.150.

Durante la reunión plenaria estuvieron presentes los y las diputados/as integrantes de las comisiones de Educación y Mujer, Niñez y Familia, y miembros de organizaciones sociales tanto a favor como en contra de la reforma. En un escenario casi con idénticxs protagonistas, pero con menor concurrencia, la sala del plenario se dividió en organizaciones “verdes” a favor de la reforma y “celestes” en contra.

Una de las principales modificaciones propuestas es que la ley ESI sea una ley de orden público, es decir, que será de aplicación obligatoria en todo el territorio nacional, en instituciones de gestión estatal o privada, más allá del “ideario institucional y de las convicciones de sus miembros”.

Otra de las reformas dentro del artículo 1, establece que los contenidos deben ser de “laicos y científicos”. Además de incluir la educación sexual de manera transversal y a través de espacios curriculares específicos con talleres o espacios curriculares específicos.

También se plantea actualizar los contenidos para incorporar las leyes sancionadas con posterioridad a su aprobación, como las de Trata, Parto Respetado, de Protección Integral contra la Violencia hacia las mujeres; Matrimonio Igualitario, e Identidad de Género.

Luego del dictamen favorable a la reforma, surgió la campaña #ConMisHijosNoTeMetas integradas por los mismos grupos que se opusieron a la ley de aborto legal. Entre ellas, la Red Federal de Familias que, al poco tiempo, difundió una “carta modelo” para que aquellxs padres que se oponen a la ley presenten en las escuelas a la que concurren sus hijos.

«Entendemos que la formación moral de nuestra familia y la educación que pretendemos para nuestros hijos, no puede ser contradicha con contenidos informativos de cuya elaboración no participamos. En nuestra familia rigen principios rectores tales como: la vida humana es sagrada en todo su desarrollo y la misma comienza con la fecundación; el SIDA y las enfermedades de transmisión sexual tienen habitualmente su origen en la conducta promiscua; y la sexualidad debe ejercerse de manera natural, abierta a la vida y dentro de la familia fundada en el matrimonio; admitiendo solamente los métodos naturales para regular la natalidad, por no resultar dañinos para la salud, y solamente en circunstancias que así lo justifiquen», dice parte de la carta.

La ESI dejaba de ser la consigna.

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En nuestro país nacen entre 2800 y 3200 bebes de madres menores de 15 años. El 84% de esas madres tienen entre 14 y 15 años, mientras que el 18% tiene 13 años o menos.

De las mujeres que se convierten en madres entre los 15 y 19 años, el 70% admite que no planeó su embarazo.

Santiago del Estero se encuentra por sobre la media nacional de embarazos adolescentes; mientras que a nivel nacional el 14% de los embarazos se dan en menores de 19 años, en nuestra provincia ese porcentaje asciende a 22%. Además, a nivel mundial, el promedio de embarazo adolescente es de 50 cada mil; en nuestra provincia aumenta: cada mil nacimientos que se producen, 70 son en madres adolescentes.

A 12 años de la sanción de la ley, sólo 9 de 24 provincias se han adherido a ella. Santiago del Estero no. Si la reforma fuera aprobada, la ESI sería más que una consigna: sería realidad.

 

«Santiago del Estero se encuentra por sobre la media nacional de embarazos adolescentes; mientras que a nivel nacional el 14% de los embarazos se dan en menores de 19 años, en nuestra provincia ese porcentaje asciende a 22%»

 

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