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Cumbia, disidencia y orgullo: la gira de Cachitas Now! por Estados Unidos

8 Minutos de lectura

La banda de cumbia argentina fue seleccionada por el programa Center Stage para realizar una gira internacional. Acompaña la travesía de este colectivo de identidades LGBTI+ en su paso por distintas ciudades de USA durante el mes del orgullo.

Por Alex Zani

Washington D.C., Estados Unidos. “En Argentina no decimos Happy Pride, porque para nosotres no tiene nada de happy. Es un momento de lucha, de visibilización, de salir a reclamar y a defender nuestros derechos”. Noelia Sinkunas habla frente a un auditorio repleto de gente en el Kennedy Center, el Centro Cultural Nacional de Estados Unidos ubicado en Washington D.C. El auditorio escucha, atento. Si algo descubrimos al venir aquí es que, aunque no todos lo hablan, casi todos entienden el español. Afuera deja de llover y a través de la ventana se vislumbra un arcoíris. Ni siquiera el clima resiste esas primeras palabras: empezó el verano y este sigue siendo el mes del orgullo en USA. 

No es la primera vez que Noelia viene a Estados Unidos, pero sí es la primera vez que lo hace como tecladista y vocalista de la banda de cumbia argentina Cachitas Now! A su alrededor, ocupando todo el Millennium Stage del Kennedy Center, se van ubicando Tomás Llancafil Williams (voz y guitarra), Melisa Lobos (voz), Guadalupe Mambrin (octapad), Jonas Gómez Dip (güira), Matías Leonel Rodríguez (timbales), Melisa Montejano (bajo) y Julián Di Pietro (ingeniero de sonido). Están aquí gracias a un programa de Diplomacia Cultural llamado Center Stage y llevado a cabo por la Oficina de Asuntos Culturales del Departamento de Estado de EE.UU. y administrado por la Fundación para las Artes de Nueva Inglaterra con la dirección general de Lisa Booth Management, Inc. El objetivo: conectar proyectos artísticos de distintas partes del mundo y darles visibilidad en el país norteamericano. También yo estoy aquí gracias a este programa. “Necesitamos una periodista que registre lo que sucede y pueda encontrar las historia ocultas en los detalles”, me dicen en la entrevista. 

Si les preguntas, Cachitas Now! dirá que no hace “cumbia disidente”. Tal cosa no existe. Sí se definirá, con sus propias palabras, como un colectivo de identidades en su mayoría LGBTI+ que escribe, produce y canta cumbia. Su propuesta es apropiarse de este género musical latinoamericano para carnavalizar la cultura cishéteropatriarcal, invertir los espacios de poder, desjerarquizar los roles y cuestionar las normas heterosexistas, binarias y románticas que rigen sobre género y la sexualidad. “Nuestras canciones hablan de experiencias personales, sexoafectivas, queer”, dirán


Parece que pasaron meses desde aquél día en el aeropuerto de Ezeiza, minutos antes del vuelo que nos llevaría hacia Atlanta, cuando Melisa Lobos me contó sobre la historia de la cumbia en Argentina y sobre lo difícil que fue abrirse espacio en un ambiente de música machista y patriarcal. “Un día me di cuenta de que no tenía referencias lesbianas en la cumbia. No hay gays declarados en el ambiente, no se visibiliza a la población LGBT+, y eso me molestaba”, me dijo ese día.

Deconstruyendo el género musical: una cumbia para todes por igual

Melisa se encuentra frente a un público norteamericano que, por momentos, le resulta distante. Sale a escena vistiendo un corpiño con strass, unos lentes de sol amarillos y un tapado de diva que me recuerda a los mejores años de Gilda. Toma el micrófono y comienza a cantar Ingrata, uno de los hits del primer disco de Cachitas Now!, Cumbia Desgenerada: “Tú me reprochas que sea así / Esto no es vida para mí / Tus celos no dejan vivir / Mi amor quiero volver a sonreír, / Ingrata, / ya no quiero despechada tus locuras de amor, / Ingrata,/ he vivido muchas cosas que me dicen que esto no,/ Ingrata, / vete de aquí, no me busques más, mi amor”. 

Minutos antes del show, la Directora de la División de Programas Culturales del Departamento de Estado de Estados Unidos, Allyson Algeo, había tomado el micrófono para citar una frase de Melisa Lobos: “Las canciones de Cachitas Now! hablan de muchas cosas, pero en algún punto, todas proponen construir nuevas ideas sobre el amor y las relaciones sexoafectivas. No queremos sufrir por amar. Somos parte de la comunidad LGBTIQ+ y queremos que este sea un mundo mejor para nosotres”. La gente aplaudía y Algeo agregaba: “Creemos, como también lo hacía el ex-presidente Kennedy, que estos programas culturales refuerzan los valores de diversidad, inclusión, igualdad y accesibilidad para todos”. 

Su discurso nos ubica. Cachitas Now! se encuentra en un centro cultural que se fundó poco tiempo después del asesinato de John F. Kennedy con el fin de reconocer la dedicación del ex-presidente al fomento de las artes escénicas en Estados Unidos. Por estos mismos escenarios pasaron artistas que admiran y otros que no llegarán a conocer. En la capital política de Estados Unidos, muy cerca de la Casa Blanca y del Pentágono, la banda sale a escena marcando territorio. Esto es lo que saben hacer y esto es lo que vinieron a hacer: cumnia. “Venimos de Argentina”, remarca Melisa Lobos, “y en Argentina la cumbia se baila”. Sus palabras son hechizos: no termina de decir esto y la gente ya se está levantando de sus sillas, moviéndose hacia el escenario y comenzando a menear. 

De una manera u otra, la cumbia atraviesa a todes les integrantes de Cachitas Now! Melisa (Lobos) creció en la Patagonia escuchando las canciones que, cada mañana, su tío ponía a todo volúmen en la casa de al lado. Noelia pasó su adolescencia mirando Pasión de sábado, un programa televisivo que desde 1989 difunde la movida tropical. Matías salía a bailar Yerba Brava y Damas Gratis, y empezó a tocar los timbales, practicando solo. El estallido de la cumbia villera, en 2001, les llegó a todes por igual. “Laura, se te ve la tanga”. “Ay Andrea, vos sí que sos ligera”. “Mabel, se te ve arruinada, será por el escabio, por la yerba o por la pasta?”. Esas eran las letras que pegaban por entonces. 

Pero el año 2015, la masividad del transfeminismo y la lucha cada vez más visible en las calles bajo la consigna por el Ni Una Menos, la legalización del aborto y el 8M, fue una ola poderosa que arrasó con las estructuras fundantes la banda. Desde entonces, Cachitas Now! comenzó a plantearse internamente qué decir y cómo, deconstruyendo viejos conceptos y alcanzando acuerdos y consensos propios. 

Como respuesta a esa cumbia machista con la que habían sido educados surgió Cumbia Desgenerada (2015). Luego llegó Chonga (2019), reconocido con una nominación a “Mejor Álbum Tropical” en los Premios Gardel 2020, y un tercer video álbum llamado Living la vida Cumbia (2022). Este posicionamiento le costó a Cachitas Now! el rechazo de un sector de la cumbia tradicional. “Son ambientes muy machistas y nunca nos gustó cómo nos trataron, primero por ser mujeres y lesbianas, luego por ser otras identidades”, explica Noelia Sinkunas. “Por ese mismo motivo, armamos nuestras propias movidas y creamos nuestros propios ambientes. No nos interesa más ser reconocidas ahí”. 

Cumbia sin barreras: el ida y vuelta de Cachitas Now! 

Cerca de Washington existe un lugar que no se parece en nada a la capital norteamericana. Se trata de Baltimore, la ciudad más poblada del estado de Maryland. Viajamos en una furgoneta a la que llaman van. El trayecto nos lleva menos de una hora. Maneja Aketzali Vázquez, la tour manager y quien organiza la logística de toda esta gira. Aketzali tiene respuesta a todas nuestras dudas: es una de esas personas que sabe un poco de todo, y si no lo sabe, lo resuelve. Durante seis años fue tour manager de la banda estadounidense The Flaming Lips y ahora trabaja para el Center Stage. Es mexicana pero vive en Oklahoma desde que era adolescente. Habla con nosotres en español y con el resto de las personas en inglés. “No conozco Baltimore”, dice, “pero el lugar al que vamos parece muy cool”. 

Se trata de Le Mondo Arts, un centro cultural fundado en 2014, organizado por y para artistas. “Creamos este bar para afrontar la falta de espacios seguros y accesibles para presentar artistas en el centro de Baltimore. Queremos crear un nuevo modelo de economía cultural que empodere a quienes participan en Le Mondo y que transforme nuestro entorno”, nos explican quienes regentean el lugar. El show está programado para las ocho de la noche, un horario nocturno para Estados Unidos. Este es el tipo de ambiente donde Cachitas Now! se siente más cómoda: en un centro cultural, en la noche, con bar abierto y tocando para un público joven. Abrirá el show Ray Winder y, luego de la performance de Cachitas Now!, Dj Planet cerrará la noche. 

En el camarín, al que accedemos por una pequeña escalerita que conduce a un entrepiso, comemos una pizza que Aketzali se encarga de conseguirnos. El show comienza pronto. La banda realiza los ejercicios previos: inhalan, elongan, exhalan. Cachitas en su salsa: el grupo del fondo, con Melo en el bajo, Mati en los timbales, Guada en el octapad y Jonás en la güira, marca el ritmo y menea las nalgas hasta el suelo. Adelante, el teclado de Noe y la guitarra de Tomi acompañan a Meli, que enseña al público un típico baile argentino: el baile del trencito. La gente se acerca, forma fila y marcha: Meli es la cabina de control y la siguen como si de vagones se tratara. Cuando llegan al último tema, el público grita en un español precario “otra más”. Y la banda les da el gusto. 

“Tenerlos aquí es muy importante”, dice un chico que se acerca a donde estamos sentados. El show acaba de terminar y nos invitaron una cerveza apenas fresca, como la noche. Al terminar cada performance, siempre hay gente que se acerca a la banda, pregunta por sus discos, compra camisetas y dice algo. El chico se sienta con nosotres. Me animo a preguntar: “¿Por qué crees que es importante?”. El chico duda. Saca un cuaderno, se pone a dibujar. “Hace un tiempo abrí mi pareja”, comenta. “Y hace muy poco estuve por primera vez con un chico. Me siento muy cómodo en ambientes queer, me siento muy cómodo aquí, con todos ustedes”. Luego enseña el dibujo: es la zapatilla de Melo. Un recuerdo fugitivo que le quedará sobre la confesión de esta noche. 

“Conocer gente y hablar con personas con quienes de otra manera no lo haría es lo que más disfruto de este viaje”, me dice Jonás. “No siempre es algo tan fácil como ahora, donde todos se acercan voluntariamente a contarnos su historia”. Guadalupe se queda pensando. “Tengo mucha gratitud por la gente que recibió nuestra música de esta manera”, dice. “Pudimos romper al menos por un ratito la barrera cultural e idiomática bailando y divirtiéndonos todes, en cualquier lugar en el que nos tocó estar”. 

No puedo saber si, antes de este viaje, la cumbia realmente me gustaba. Conocía canciones, al menos algunas, y a algunas otras las bailaba. Pero también yo la juzgué: en mi cabeza, quedó congelada como un género machista, con letras también machistas. Ignoraba algo que Cachitas Now! me enseñó. Ahora, en el calor de mi casa en Buenos Aires, ya lejos de una gira que continúa sin mí, pienso que Noe me diría: “Te re cabió, wacha, te re cabió. Blanqueá con tus amigues lo cumbiera que ahora estás”. 

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