El pasado 27 de mayo se cumplieron ocho años de la aparición sin vida del cuerpo del trabajador estatal Raúl Domínguez. Un día antes y tras diez años de espera, la justicia resolvió absolver al único policía imputado por la causa del asesinato de Ezequiel Melián. Ambas familias, junto con organizaciones sociales y políticas, realizaron una marcha, como todos los años, para pedir justicia por crímenes hasta ahora irresueltos.
Caso Domínguez
El 27 de Mayo de 2008, dos cartoneros que trabajaban en un descampado del barrio El Vinalar, en la zona sudoeste de la ciudad Capital, encontraron un cuerpo mutilado y en avanzado estado de descomposición. Tras las pericias forenses se constató que los restos pertenecían a Raúl Domínguez, un empleado estatal de la Dirección General de Rentas de la Provincia que se encontraba desaparecido desde hace dos semanas. El cuerpo fue encontrado a trescientos metros de su casa del barrio Smata, donde vivía junto a su mujer y dos de sus hijos. Tres días antes del hallazgo, la policía había realizado un rastrillaje por la misma zona sin obtener resultados, a pesar de que los vecinos habían denunciado que se sentían “fuertes olores nauseabundos”. Según la autopsia Domínguez murió el día 20 de mayo. El cuerpo se encontraba “separado en varias partes”, afirmó el trabajador municipal Julio Farías, que acudió al lugar por pedido de los cartoneros y que fue quien dio aviso a la policía (1).
Fotografía: Tomás Marini.
Raúl Eduardo Domínguez era oriundo de la ciudad de Alberdi, al sur de Tucumán. Al momento de su asesinato tenía 51 años de edad. Nació en una familia de bajos recursos y desde muy pequeño tuvo que trabajar en diversos oficios. A los 15 años se trasladó a Las Cejas, una localidad del departamento Río Hondo. Posteriormente se casó con su primera esposa y tuvo a sus dos primeros hijos: Milton y Estella Maris. Trabajó en el casino de Termas de Río Hondo, luego en el de La Banda, y tras su privatización se trasladó a la ciudad Capital y comenzó a trabajar en la Dirección General de Rentas de la Provincia. Paralelamente llevó a cabo el oficio de zapatero, un emprendimiento propio que hasta el día de hoy lo continúan sus hijos. En esta localidad formó pareja con Olga Cristina Torres y tuvo otros dos hijos: María y Gastón, y adoptó a Lucas Ibáñez, un joven que “rescató de la calle”, y a quien le enseñó el oficio de zapatero (2). En una entrevista con Voces de Río Hondo, Estella Maris, expresó que Raúl era un hombre “cariñoso, amable y divertido”. Sus compañeros de trabajo lo definieron como una persona “prolija y ordenada”.
El día 22 de abril de 2008, Domínguez se encontraba en el sector de timbrado de Rentas. Allí recibió un formulario 08 adulterado y realizó la denuncia junto a sus compañeros. El trámite era de $138 pesos. A raíz de esto comenzó una investigación sobre una defraudación millonaria al Estado que involucró a empleados y personal jerárquico de la Dirección de Rentas, mediante la adulteración de timbrados y sellos, y que venían realizando desde el año 2005. A partir de ese momento empezaron las detenciones y las sorpresas. Al allanarse la casa de un empleado del barrio Borges que trabajaba en el área de Sellos se secuestraron 240.000 pesos en efectivo. También hallaron hojas membretadas, papeles pertenecientes a Rentas y un talonario de guías. En otra casa encontraron una timbradora, hojas selladas y sellos de agua. En el rastreo que se hizo de los bienes de algunos empleados involucrados –con sueldos que oscilaban entre 1.500 y 2.500 pesos- los investigadores encontraron propiedades en Córdoba y Tucumán, vehículos de alta gama, varios fondos de comercio y hasta caballos de carrera a nombre de uno de ellos. Todas las casas allanadas estaban ubicadas en barrios de bajos recursos de la ciudad (3).
Domínguez declaró tres veces en el Departamento Investigaciones D-6 (delitos económicos) y según su hijo, Milton Domínguez, sólo figura una de las declaraciones hechas. Tenía que declarar nuevamente el 22 de mayo, pero el día 13 desapareció luego de salir de su casa. “Nunca supimos que tenía que declarar ni que estaba amenazado, todo lo que él supo se lo llevó con él”, expresó Milton a Subida de Línea.
El 13 de mayo, Raúl llegó apresurado de Rentas y le dijo a su esposa que no iba a almorzar para poder ir al taller y trabajar un poco en algunos pedidos atrasados. Se cambió de pantalón, agarró unas pocas cosas y “se fue tan apurado que no se sacó los zapatos del trabajo -de Rentas-”, según aclaró Milton.
Una investigación condicionada
Para Milton Domínguez, el proceso judicial por el asesinato de su padre estuvo condicionado desde sus inicios por una enorme cantidad de irregularidades que permitieron que lo sucedido, a partir del 13 de mayo, permanezca en las tinieblas.
“La investigación por defraudación de rentas no se realizó nunca de manera definitiva, por eso con mi familia creemos que si la investigación hubiese seguido su curso ahora podríamos saber qué ocurrió con mi papá”, explicó Milton.
Al otro día del hallazgo del cuerpo el juez de turno ordenó desmontar el terreno. La familia Domínguez denunció penalmente al juez, por lo que el Colegio de Abogados inició un juicio político contra el mismo, sin embargo al poco tiempo fue ascendido a camarista durante el gobierno de Gerardo Zamora, cargo que ocupa actualmente. La familia recién pudo reconocer la ropa que llevaba el cuerpo treinta y siete días después del hallazgo.
El abogado a cargo de la defensa, en el año 2009 desistió del caso. “Actualmente no tenemos ningún abogado por el simple hecho que no confío en ninguno de esta provincia, necesitamos que venga alguien de otra provincia para que nos represente pero no estamos preparados económicamente para afrontar ese gasto”, reconoció Milton.
Entre otras irregularidades, dos policías intentaron sobornar a una vecina de Domínguez, Elsa Saavedra, para que declarase en contra de otro vecino, Juan Carlos Sosa, tras haber escuchado en un local comercial que éste había asesinado al empleado de Rentas. El abogado de la familia de la víctima los denunció por forzar a la mujer a incriminar a un inocente como autor del asesinato. Aportó una filmación (4) en la que uno de los efectivos intimida a la testigo para que ratifique esa declaración. Según la denuncia los policías decían actuar en nombre del juez del caso, Gustavo Herrera, quien después de este hecho se apartó de la causa (5).
Luego de estas irregularidades, ambos juicios, el de la megaestafa y el de la desaparición, quedaron en un total estatismo e impunidad. Según Milton la causa está caratulada como “la muerte de Raúl Domínguez”, no figura como asesinato ni como secuestro. Los familiares continúan con las marchas pero sin respuesta por parte de las autoridades.
“¿Quién se maneja con el nivel de impunidad para arrojar un cuerpo en las cercanías del domicilio de la víctima? Mi papá media 1.80, pesaba más de 100 kilos y lo velamos en un cajón de un chico de doce años. La ceremonia fue después de seis meses porque el cuerpo se lo tuvo en la morgue judicial de la Nación durante todo ese tiempo”, finalizó Milton.
Sentencia del caso de Ezequiel Melián
El pasado jueves 26, la justicia santiagueña dictó un fallo que sembró incertidumbre entre sus familiares y las organizaciones que acompañaban el juicio: absolvieron al ex policía y único imputado de la causa, Juan Manuel Ibáñez, por la muerte de Ezequiel Melián.
El 3 de abril de 2006, tras una represión durante el partido que jugaban Sarmiento y Unión Santiago, Ezequiel murió al ser alcanzado por una bala de plomo de las fuerzas policiales (6). Once personas más fueron gravemente heridos por balas de goma.
A partir de esto se investigaron a once policías, número que luego fue reducido a cinco y finalmente sólo se imputó a Ibáñez. Los otros diez fueron sobreseídos en la etapa de instrucción judicial, realizada en el Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional de La Banda. Ibáñez fue imputado por homicidio agravado, lesiones gravísimas culposas en perjuicio de Mario Salvatierra -quien sufrió la amputación de una pierna- y Ángel Silva, y lesiones graves en perjuicio de Hernán Moyano, Esteban Navarro y Ángel Paz (6).
El tribunal compuesto por lo/as jueces Élida Suárez de Bravo, Graciela Viaña de Avendaño y Federico López Alsogaray absolvió por mayoría a Ibañez. Votaron a favor de la absolución, “por el beneficio de la duda”, Suárez de Bravo y Viaña de Avendaño. López Alsogaray votó por una condena de 10 años de prisión. La querella y la fiscalía habían solicitado cadena perpetua. Durante los alegatos, el fiscal y la querella a cargo de Darío Adolfo Suárez habían pedido la “prisión perpetua” para el único imputado, por interpretar que cometió el delito de “homicidio agravado por su condición de efectivo policial” (7).
De izquierda a derecha: lo/as jueces López Alsogaray, Suárez de Bravo y Viaña de Avendaño. Fotografía: El Liberal.
Marcha
Diferentes organizaciones sociales y políticas se reunieron en la esquina de Rivadavia y Ejército Argentino para marchar y pedir nuevamente por el esclarecimiento de los crímenes englobados dentro de la denominada violencia institucional. La misma se llevó a cabo el día en el que se cumplían ocho años de la aparición sin vida del cuerpo de Raúl Domínguez.
Andrea Ruiz Jiménez, ex Diputada Provincial por el Frente de Izquierda, se encargó de escoltar la marcha tomando el micrófono del auto-parlante. Unos pocos policías siguieron al grupo hasta la Casa de Gobierno de la provincia. Al llegar a la misma se encontraron con un grupo muy numeroso de policías que rodeaban el edificio.
Milton Domínguez, junto a Regina Ferreyra, en su discurso frente a la Casa de Gobierno.
En su discurso Regina Ferreyra, madre de Ezequiel Melián, dijo estar sumida en un “gran dolor e impotencia” por la sentencia, pero remarcó que “la lucha continúa”.
(1) http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-105000-2008-05-28.html
(3) http://edant.clarin.com/diario/2008/06/23/policiales/g-01699885.htm
(4) https://www.youtube.com/watch?v=V2wvj3b_WDc
(7) http://www.pregon.com.ar/nota/11745/absolvieron-a-acusado-de-matar-a-un-hincha.html